Mens sana
Doctor esquerdo: la terapia del cariño
¿Sabías que, según la OMS, hoy en España el 9% de la población sufre algún tipo de problema de salud mental y el 25% lo sufrirá en algún momento de su vida? ¿Que el 6,7% está afectado por la ansiedad, la misma cifra de personas que sufren depresión?¿Que más de la mitad de las personas con trastorno mental que necesitan tratamiento no lo reciben o no reciben el adecuado? ¿Y que los problemas de salud mental serán la principal causa de discapacidad en el mundo en 2030? A pesar de que las enfermedades mentales han sido una constante a lo largo de la Historia, la atención que han recibido las personas que las padecían no siempre ha sido el adecuado. La labor y humanidad de personajes como el doctor Esquerdo, precursor en la atención a los enfermos mentales en el siglo XIX, sentaron las bases de su tratamiento en la actualidad.
La “locura” ha sido definida y tratada en cada época histórica de acuerdo con la mentalidad del momento. Durante la Edad Media, por ejemplo, fue considerada sinónimo de pecado y resultado de una posesión satánica. En el siglo XV, se optó por sacar a los dementes de las ciudades, dejándoles en campos apartados donde nadie pudiera verlos. Durante el siglo XVII fueron encerrados en asilos y hospitales donde debían compartir espacio con delincuentes, leprosos, prostitutas, borrachos y demás marginados sociales.
A lo largo del siglo XVIII, el espíritu de la Ilustración en Europa defendió que los enfermos mentales fueran cuidados y tratados… pero en la práctica, su hacinamiento en manicomios hacía inviable la práctica de un tratamiento eficaz.
Durante la primera mitad del siglo XIX, los enfermos permanecieron recluidos en los mismos viejos manicomios, recurriendo insistentemente al castigo y la tortura como forma de curación. Cada vez se hacía más necesaria una atención integral a las personas que padecían una enfermedad mental y a sus familiares… algo por lo que el doctor Esquerdo pasaría a la Historia.
José María Esquerdo y Zaragoza nació en Villajoyosa en 1842. Hijo de labradores muy humildes, fue el menor de ocho hermanos. El pequeño Jose María quedó huérfano de padre con sólo un año de vida.
De su educación se responsabilizó su tío materno, aunque siempre sufrió grandes privaciones económicas: durante el bachillerato llegó a carecer de libros de texto y pudo aprobar los cursos gracias a lo que aprendía de viva voz durante las clases.
Con mucho esfuerzo, el joven consiguió financiarse los estudios de Medicina, que concluiría en la Universidad Central de Madrid. Allí conocería al doctor Pedro Mata, impulsor de la Medicina Legal en España, quien despertaría en él el interés por la neuropsiquiatría y los derechos jurídicos de los “enajenados o alienados”, y marcaría profundamente su carrera profesional.
Esquerdo luchó por el reconocimiento del estudio de las enfermedades mentales como una especialización de la Medicina, al tiempo que introdujo en España las técnicas de la psiquiatría moderna.
Sentía lástima por el enfermo y su propósito era redimirle, porque consideraba que un enfermo mental sin la debida asistencia se convertiría en un criminal en potencia… y el responsable entonces no sería el enfermo, sino el sistema que lo había privado del tratamiento adecuado. En este sentido, su papel como perito científico ayudó a perfilar el Código Penal en cuestiones como la imputabilidad, las circunstancias que modifican la responsabilidad penal y la propia psicología criminalística.
Estaba convencido de la importancia del entorno en el tratamiento de los enfermos mentales y, en 1877, fundó un peculiar sanatorio ubicado en el campo de Carabanchel. Su novedoso planteamiento eliminaba el maltrato y los castigos habituales en los “manicomios” de la época e incluía la terapia ocupacional como medio para estabilizar a los pacientes.
Su centro se basaba en los principios del tratamiento moral, de la no sujeción de los enfermos, de mantener el orden y el funcionamiento de todos los servicios y de unas buenas relaciones entre los internos y el personal, compuesto por médicos y enfermeros adecuadamente cualificados.
Este centro innovador proporcionaba a los pacientes el máximo confort posible. Se encontraba en el centro de un pinar en el que podían experimentar la libertad sin dejar de ser atendidos y contaba con huertas y granjas que ellos mismos trabajaban para proveerse de alimentos.
Su sanatorio contaba incluso con un teatro donde los enfermos y sus familias representaban obras tradicionales y a veces sus propias vivencias, así como con una magnífica biblioteca y una sala de billar.
Allí los enfermos, no se sentían desechos sociales como eran considerados fuera… Esquerdo rompió con esta visión y optó por comprender, cuidar y acompañar al paciente, al que consideraba una persona recuperable.
El alicantino también diagnosticó y trató por primera vez en España a pacientes que acarreaban problemas derivados del exceso de trabajo y la aceleración de los ritmos en las grandes ciudades. Lo que actualmente conocemos como “estrés” y asumimos como un diagnóstico común, hace 100 años era un síntoma absolutamente desconocido en la sociedad.
Para tratar a este tipo de pacientes, el doctor empezó a emplear lo que se llamaban "baños de mar", acudiendo una temporada a otro de los sanatorios que Esquerdo había fundado en Villajoyosa, frente al mediterráneo. Allí aislaba a los enfermos de sus preocupaciones en un entorno natural… algo que hoy en día parece bastante razonable, pero que en la época no se había llegado a plantear.
Además de su labor clínica y docente, Esquerdo disfrutó de una intensa actividad política. Fue concejal y diputado por Madrid y llegó a presidir una coalición de republicanos y socialistas junto a Pablo Iglesias y Benito Pérez Galdós.
Jose María Esquerdo fallecía el 30 de enero de 1912, en su casa del número 29 de la Calle de Serrano. Fue enterrado muy cerca de su sanatorio, en la Sacramental de San Lorenzo y San José, en Carabanchel Bajo.
Hoy Madrid recuerda su intensa labor y dedicación por nuestra salud mental no sólo a través de una de las arterias principales de la capital, sino a través de este busto fechado en 1915 y ubicado en la calle que hoy lleva su nombre, obra del escultor Pedro Estany Capella.
Ahora que conocemos bien su legado, todos debemos estar agradecidos al trabajo y humanidad del doctor Esquerdo, quien luchó por dar visibilidad, atención, comprensión y una vida digna no sólo a los enfermos mentales sino a sus familias… un problema que cada vez afecta a más personas y necesita ser socialmente aceptado y normalizado por todos, a través del cariño y del respeto.