La casa de tus sueños

Casa Museo Sorolla. Madrid, 2019 ©ReviveMadrid

Casa Museo Sorolla. Madrid, 2019 ©ReviveMadrid

casa museo sorolla, el arte de lo cotidiano

¿Has imaginado alguna vez cómo sería la casa de tus sueños? El pintor Joaquín Sorolla y su mujer Clotilde García del Castillo, lo tenían muy claro y, después de una vida de compromiso y trabajo, pudieron conseguirla.

En 1889 la pareja se instalaba en Madrid, donde Sorolla alcanzaría un gran renombre como pintor. En 1900 conseguía el Grand Prix de la Exposición Universal de París, tras lo que decidía, junto a Clotilde, construir una nueva casa que, además de residencia familiar, le sirviese como estudio y almacén para sus obras. Para ello eligió el Paseo del Obelisco, actual Paseo del General Martínez Campos, en pleno barrio de Chamberí.

En 1905 Sorolla adquiría el solar donde instalaría su vivienda, encargando la construcción al arquitecto Enrique María de Repullés y Vargas, autor, entre otros edificios, de la Bolsa de Madrid. En 1910 compraba un segundo solar con el que ampliaría su estudio e incorporaría tres jardines. El pintor se involucró no sólo en el diseño del palacete y de los jardines, sino también en su decoración, empleando para ello los objetos que había adquirido en sus numerosos viajes.

Por aquellos años, esta avenida no contaba con edificios altos, eran todo palacetes, similares al de Sorolla o al de su vecina María Guerrero. Además de amplias estancias y techos altos, la vivienda del pintor valenciano contaba con todos los lujos de la época, como electricidad, baños o eleva platos.

En la zona de trabajo Sorolla impartía clases de pintura, almacenaba sus obras y las exponía para su posterior venta. En la zona de vivienda, hacía vida familiar junto a su mujer y sus tres hijos: Elena, Joaquín y María.

Esta última, la hija pequeña del matrimonio, tenía una salud delicada y le fueron recetados baños de sol, motivo por el cual la finca contaba con un amplio espacio ajardinado que Clotilde solía cuidar cuando el pintor viajaba. Este precioso jardín recoge una clara influencia del Alcázar de Sevilla y la Alhambra de Granada, y cuenta con preciosos azulejos de Juan Ruiz de Luna. Hoy en día ese espacio abierto es uno de los grandes atractivos de esta casa museo.

La residencia de los Sorolla se convirtió en uno de los principales centros de reunión de la sociedad madrileña. Se dice que su cocinera, valenciana, preparaba unos arroces exquisitos que atraían a la aristocracia del momento. En esta casa llegaron a ser habituales los reyes, Alfonso XIII y Victoria Eugenia, el escultor Mariano Benlliure y el novelista valenciano Vicente Blasco Ibáñez.

En 1920, mientras pintaba en el jardín de esta casa el retrato de la mujer de Ramón Pérez de Ayala, Sorolla sufría una hemiplejia que paralizaba el lado izquierdo de su cuerpo y le impedía seguir pintando. Tres años después, “el pintor de la luz” fallecía en su residencia veraniega de Cercedilla.

Tras la muerte de su marido, Clotilde legó al Estado español esta casa y las colecciones de su propiedad para la creación de un museo en memoria de su marido. Este finalmente abrió sus puerta en 1931, con su hijo Joaquín como primer director.

La Casa Museo Sorolla es un espacio maravilloso en el centro de Madrid y una visita imprescindible, donde no sólo se respira el amor al arte, sino el amor a la familia que Clotilde y Joaquín, después de toda una vida juntos, supieron cuidar y cultivar. Esa fue, sin duda, su mejor obra.

Joaquín Sorolla y Clotilde García del Castillo

Joaquín Sorolla y Clotilde García del Castillo

Si bien los hijos son los hijos, tú eres para mí más, mucho más que ellos, por muchas razones que no hay para que citarlas, eres mi carne, mi vida y mi cerebro, llenas todo el vacío que mi vida de hombre sin afectos de padre y madre tenía antes de conocerte
— Carta de Sorolla a su mujer Clotilde


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