Punto de encuentro
escuelas aguirre, pioneras en la educación liberal
¿Cuántas veces paseando por el Parque del Retiro te has detenido a observar este singular edificio ubicado en la bifurcación de las calles Alcalá y O’Donell? Se trata de la sede de la Casa Árabe, el ejemplo de arquitectura neomudéjar más representativo de la ciudad que, en origen, nació como centro de las Escuelas Aguirre de Madrid.
Estas antiguas escuelas deben su nombre al filántropo Lucas Aguirre Juárez (Cuenca, 1800- Madrid, 1873), un hombre de orígenes humildes que hizo fortuna como comerciante y terrateniente en el siglo XIX y en cuyo testamento legó su patrimonio para la creación de centros educativos.
Los Aguirre fueron una familia rica y bien situada, instalada en Cuenca. Aunque Lucas no cursó estudios, salvo los obligatorios de la época, desde muy joven mostró una clara inclinación liberal. Su nombre aparece entre los pocos que celebró en Cuenca el triunfo del general Rafael de Riego y también entre los conspiradores que se reunían para combatir el absolutismo de Fernando VII, por lo que en alguna ocasión fue encarcelado junto con su padre. Años más tarde, ya en Madrid, verá enfocada estas tendencias liberales en las doctrinas krausistas.
En su testamento, Lucas Aguirre decidió destinar todos sus bienes al fomento de la educación, apostando por la Escuela Popular como “medio de evitar los desastres de que están amenazadas las sociedades”. Optó por una pedagogía progresista, tolerante, liberal y gratuita. Concibió sus escuelas como centros de enseñanza útil, donde se preparara a los jóvenes para la vida y no lugares de aprendizaje formalista; el autoritarismo y los castigos serían sustituidos por el amor y el estímulo como medio educativo.
Se abrieron tres escuelas en Cuenca, Burgos y Madrid, siendo esta última inaugurada en 1886. En ella la enseñanza era gratuita y pronto adquirió renombre en una época, por desgracia, escasa de escuelas. El modelo educativo de Lucas Aguirre se convertirá en la avanzadilla de la reforma pedagógica del siglo XX español, sirviendo de modelo años más tarde a la Institución Libre de Enseñanza de Francisco Giner de los Ríos.
El proyecto constructivo del conjunto de la sede madrileña corrió a cargo del arquitecto Emilio Rodríguez Ayuso. Este edificio fue todo un adelantado a su tiempo, incluyendo una serie de servicios muy sofisticados para el sistema educativo de finales del siglo XIX: gimnasio, biblioteca, museo escolar, patio de recreo, sala de música, comedores, etc. Poseía incluso un observatorio meteorológico, de ahí la imponente torre de 37 metros de altura que hoy sigue llamando la atención del transeúnte.
Desde 2006 el edificio acoge la sede de la Casa Árabe de Madrid, uno de los elementos sobre los que pivota la diplomacia de nuestro país, como centro de las relaciones de España con el mundo árabe. De alguna manera, la institución preserva el objetivo educativo que persiguió Aguirre en su origen, ya que es centro de enseñanza de lengua y cultura árabe, a través del desarrollo de exposiciones, conferencias, conciertos o presentaciones de libros.
Cuando pasees por esta zona de Madrid recuerda que, frente al Paseo de Coches del Retiro, esa imponente torre marca un punto de encuentro entre dos pueblos hermanos, entre oriente y occidente. Una casa que abre sus puertas para descubrirte los secretos de un pueblo que dejó una huella imborrable en la historia y cultura de nuestro país.