Ángeles y demonios
Fuente del Ángel Caído. Madrid, 2019 ©ReviveMadrid
Un ángel caído… en pleno Parque del Retiro
Solemos pensar que las estatuas y monumentos de una ciudad deben ensalzar a personajes cuyos actos representan el bien y el servicio a la comunidad, pero… ¿sabías que Madrid también le dedica un monumento a Lucifer, la encarnación del mal y el pecado? Se trata de la Fuente del Ángel Caído, en el Parque del Retiro, una de las esculturas urbanas más enigmáticas de la capital y de las pocas que representan esta temática en el mundo.
Según la Biblia y la tradición cristiana, un ángel caído es aquel que ha sido expulsado del cielo por desobedecer y rebelarse contra los mandatos de Dios. Popularmente, Lucifer representa a este ángel, ejemplo de belleza y sabiduría, a quien la soberbia condujo a la oscuridad tras serle arrancadas las alas.
Esta estatua fue realizada en yeso por Ricardo Bellver (Madrid, 1845-1924), alumno de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, durante su estancia como becado en Roma. Con ella obtuvo la Medalla de Primera Clase en la Exposición Nacional de Bellas Artes celebrada en Madrid y, tras ser fundida en bronce, el Primer Premio en la Exposición Universal de París de 1878. El Gobierno español decidió adquirirla entonces por una suma aproximada de 4.500 pesetas.
La intención de Bellver no era homenajear a Satanás, sino que su inspiración proviene de unos versos del poema épico El paraíso perdido del poeta inglés John Milton, que hablan sobre la caída en desgracia de un ser que se creía superior.
La escultura representa al hermoso y rebelde ángel Lucifer, “el portador de la Luz”, en el momento en que cae a la tierra expulsado del Paraíso. Allí, sobre unas rocas y parcialmente inmovilizado por serpientes, grita desesperado al cielo. En la base del pedestal, obra de Francisco Jareño, se disponen ocho cabezas de monstruos de las que mana el agua.
El espacio elegido como ubicación del monumento fue el Parque del Retiro, en el solar que un siglo antes había ocupado la Real Fábrica de Porcelanas de la China, destruida durante la Guerra de la Independencia. Fue inaugurado oficialmente en noviembre de1885 por S. M. la Reina Regente María Cristina de Habsburgo, gracias a la iniciativa del duque de Fernán Núñez, Conde de Casal, que hizo oídos sordos a las protestas de la sociedad madrileña de la época, escandalizada ante la idea de levantar un monumento dedicado a Satanás.
En torno a esta conocida estatua madrileña siempre ha convivido la leyenda y el misterio, en parte porque el emplazamiento de la glorieta se encuentra a casi 666 metros por encima del nivel del mar, número que se suele identificar tradicionalmente con el diablo. Más allá de la superstición y de que algunos hayan querido ver en esto una señal, hay que decir que la propia ciudad de Madrid está a 665 metros por encima del nivel del mar… con lo que la coincidencia era bastante factible de antemano.
A pesar de su significado, la Fuente del Ángel Caído es uno de los puntos de reunión más famosos de Madrid. Siempre rodeada de paseantes, ciclistas, corredores y patinadores, destaca entre el gentío por su valor artístico. Un monumento a la derrota de la soberbia y una alegoría del final que espera a toda rebelión excesiva… un significado que hoy, más que nunca, invita a la reflexión.
John Milton (Londres, 1608-1674)
“Por su orgullo cae arrojado del cielo con toda su hueste de ángeles rebeldes para no volver a él jamás. Agita en derredor sus miradas, y blasfemo las fija en el impíreo, reflejándose en ellas el dolor mas hondo, las consternación más grande, la soberbia más funesta y el odio más obstinado.”
