Una pluma entre balas

Hostal Aguilar, residencia de Ernest Hemingway. Madrid, 2020 ©ReviveMadrid

Hostal Aguilar, residencia de Ernest Hemingway. Madrid, 2020 ©ReviveMadrid

Ernest hemingway, madrid en el corazón

Que España es un país que deja huella en aquel que lo visita es algo que muchos foráneos han comprobado a lo largo de la Historia. El calor de su gente, su gastronomía, su clima y su cultura definen una forma de vivir única en el mundo. El escritor y periodista estadounidense Ernst Hemingway fue un gran enamorado de España, “el país que más amaba después del suyo”, y en especial de Madrid, ciudad en la que viviría momentos inolvidables.

Su vida fue puro vértigo: corresponsal en Europa en las dos guerras mundiales y en la Guerra Civil española, fanático de los Sanfermines y la fiesta de los toros, Premio Nobel de literatura… experiencias vitales que forjaron su carácter vehemente y atrevido, pero marcado por las manías, las neurosis y las depresiones de un hombre muy complejo.

Ernest Miller Hemingway nació en Oak Park, Illinois, el 21 de julio de 1899. Hijo de un médico y una intérprete profesional de música clásica, nada más cumplir los 18 quiso alistarse en el ejército para luchar en la Primera Guerra Mundial, pero la reticencia de su padre y un ojo vago le impidieron servir en el frente… aunque no marchar a Italia como conductor de ambulancias voluntario de la Cruz Roja. Tras resultar gravemente herido por fuego de mortero, volvió a su país con una primera experiencia bélica a sus espaldas que posteriormente plasmaría en su novela Adiós a las armas.

Con 20 años de edad se trasladó a París como corresponsal para el periódico Toronto Star. En la Ciudad de la Luz se hizo amigo, entre otros, de Francis Scott Fitzgerald, John Dos Passos, John Steinbeck, Ezra Pound y William Faulkner, con quienes formó parte de la llamada “Generación Perdida”.

Este grupo de escritores estadounidenses forjaron su carrera después de la I Guerra Mundial y reflejaron en su obra el clima de pesimismo de la posguerra y la Depresión. Frustrados por el vacío cultural de su país, la mayoría de ellos viajó a Europa y se instaló en París, donde vivieron intensamente los años veinte, la era del jazz y su ambiente artístico, en el que destacaban figuras como Pablo Picasso, Juan Gris y Joan Miró. También en la capital francesa Hemingway conocería a la escritora y mecenas Gertrude Stein, que le recomendaría encarecidamente visitar España para conocer y vivir la fiesta de los toros… una experiencia que a la postre resultaría inolvidable.

En julio de 1923 Hemingway llegaba a Pamplona y conocía de primera mano los Sanfermines. Ese mismo año, realizaba su primer viaje a Madrid para descubrir las corridas de toros en la Plaza de las Ventas… una pasión que le acompañaría toda la vida y que plasmaría en su novela Fiesta.

Durante los siguiente nueve años el escritor repetiría sus veranos madrileños, siempre hospedado en este Hostal Aguilar de la Carrera de San Jerónimo número 32, o en el Biarritz, en la Calle de la Victoria número 2… una de las pensiones más taurinas de Madrid.

En 1936 estallaba la Guerra Civil en España, una contienda que sería noticia en todo el mundo y que Hemingway no perdería la oportunidad de narrar. En 1937 regresaba a un Madrid muy distinto al que había conocido, esta vez como corresponsal de guerra del periódico North American Newspaper Alliance.

Al escritor norteamericano le gustaba estar en el centro de la diana y contar la realidad de la guerra desde primera fila. Así narró el asedio a la capital, sus visitas a las trincheras y su visión del combate, a veces desde la distancia, con unos prismáticos, y otras desde dentro, sintiendo cómo las balas pasaban sobre su cabeza en el frente de la Ciudad Universitaria.

Residió en el desaparecido Hotel Florida, el único de la ciudad cuyas doscientas habitaciones disponían de agua caliente… algo insólito en aquel Madrid asediado. Allí se alojaron y escribieron sus crónicas la mayoría de corresponsales extranjeros que cubrieron el conflicto, entre otros John Dos Passos, Antoine Saint-Exupery, Robert Capa, Gerda Taro, o Martha Gellhorn… amante de Hemingway durante su estancia madrileña.

Tanto el Hotel Florida como el edificio de Telefónica, desde el que los corresponsales enviaban su artículos, se encontraban en la línea de fuego y, al no poder dormir a causa de los bombardeos, las veladas nocturnas se prolongaban en el cercano Bar Chicote.

Acabada la Guerra Civil con la victoria de Franco, Hemingway, que siempre había manifestado su compromiso con la causa republicana, tardaría quince años en regresar a Madrid.

En 1959, el ya Premio Nobel de Literatura fue enviado de vuelta a la capital española por la prestigiosa revista americana Life, para realizar un reportaje sobre los dos toreros más famosos del momento: Antonio Ordoñez y Luis Miguel Dominguín.

Durante su última estancia en Madrid se hospedó en el antiguo Hotel Suecia de la Calle marqués de Casa Riera, junto al Círculo de Bellas Artes. Cada día visitaba su adorado Museo del Prado y frecuentaba la Cervecería Alemana de la Plaza de Santa Ana, donde solía compartír mesa y copas con Ava Gardner y Dominguín.

Sin embargo, en aquel momento el escritor ya estaba sumido en la depresión y el alcoholismo que poco después acabarían con él. En el otoño de 1960 se encerró durante meses en su habitación del Hotel Suecia. Familia y amigos tuvieron que sacarle a la fuerza para llevárselo de vuelta a Estados Unidos, donde fue ingresado en una clínica.

Un año después, el 2 de julio de 1961, cuando ya tenía sacados los billetes y las entradas para los Sanfermines de ese año, el escritor se suicidaba al dispararse un tiro en la boca con una escopeta, de la misma forma que anteriormente habían hecho su abuelo, su padre y dos de sus hermanos.

Ernest Hemingway, fue un enamorado de Madrid, una ciudad que conserva la icónica memoria de uno de sus vecinos más ilustres en las calles, bares, hoteles y parques que tantas veces frecuentó a lo largo de su vida y que han quedado inmortalizados en muchas de sus obras. Una ciudad en la que vivió la fiesta, la guerra, la decadencia y la locura… y que dejó una huella imborrable en su complicada existencia.

Ernest Miller Hemingway (Illinois, 1899 - Idaho, 1961)

Ernest Miller Hemingway (Illinois, 1899 - Idaho, 1961)

Cuando se conoce Madrid es la ciudad más española de todas, la más agradable para vivir, la de la gente más simpática, y, un mes con otro, la de mejor clima del mundo
— Ernest Hemingway


¿Cómo puedo encontrar el hotel suecia donde se alojaba ernest hemingway?