Una mujer, un voto
clara campoamor, defensora de la mujer
En las próximas elecciones todos y todas podremos ejercer nuestro derecho a voto decidiendo el futuro de nuestro país, pero no siempre fue así… hace menos de 100 años tan sólo estaba permitida la participación masculina en unas elecciones. El derecho de las mujeres a votar no llegó hasta 1931, con la Segunda República gracias, entre otros motivos, a los esfuerzos de Clara Campoamor.
Clara Campoamor (Madrid, 1888 - Lausana, 1972) nació en un humilde hogar del barrio de Malasaña. Huérfana de padre desde niña, tuvo que abandonar los estudios y trabajar en todo tipo de ocupaciones para sobrevivir. Retomó su formación siendo adulta y, en poco más de cuatro años, completó el bachillerato, terminó la carrera de Derecho y abrió su propio bufete. Tenía 35 años. Era la España de la dictadura de Primo de Rivera, un país en el que más de la mitad de la población era analfabeta.
Acabada la dictadura, Clara Campoamor se vinculó al Partido Radical, con el que se presentó a las elecciones de 1931 para las Cortes Constituyentes de la Segunda República. Elegida diputada por Madrid, formó parte de la comisión encargada del Proyecto de Constitución. Oponiéndose a la postura de su partido, defendió la igualdad entre las mujeres y los hombres y defendió desde la tribuna el sufragio femenino en un debate frente a 470 hombres y sola otra mujer, Victoria Kent, que a última hora renunció a apoyarla esgrimiendo que, aunque la mujer merecía ese derecho, aún era pronto para que pudiera ejercerlo porque la sociedad española no estaba preparada.
En aquel histórico debate, Clara Campoamor tuvo que escuchar premisas como que la mujer no podía votar por estar dominada en su voluntad por el marido, el padre o el sacerdote… o que podría hacerlo… pero a los 45 años, ya que “con la llegada de la menopausia adquiría la suficiente serenidad de espíritu como para ejercer este derecho”. Ella consiguió desmontar cada uno de los argumentos de los diputados, afirmando que no podían construir una república democrática sin la mitad de la ciudadanía, sin la mujer. Clara Campoamor logró ganar la votación y las mujeres pudieron votar en 1933.
Al estallar la Guerra Civil se exilió a Francia y Argentina. Intentó regresar a España en varias ocasiones, pero la dictadura de Franco no se lo permitió. Murió en el exilio, en Suiza, en 1972.
Un largo exilio, el olvido y la muerte lejos de su país… un castigo injusto para quien, además, consiguió que se aprobara el divorcio y la regulación del trabajo de mujeres y niños… una pionera de la igualdad que consiguió, aquel 1 de octubre de 1931, que nuestro país fuese, por primera vez, una democracia plena.