Ya vienen los Reyes
Noche de Reyes, ¿regalos o carbón?
La Noche de Reyes es una de las más esperadas del año, una noche en la que las ilusiones de niños y mayores se concentran a la espera de sus Majestades de Oriente. En sus múltiples visitas a Madrid a lo largo de los siglos, los Reyes Magos de Oriente han podido encontrar recibimientos muy dispares, desde ruidosas caceroladas hasta multitudinarias cabalgatas… ¿qué se encontrarán esta noche?
Al menos desde 1844, existen referencias de celebraciones en las calles de Madrid de la noche del 5 de enero conocidas como “la espera de los Reyes”. En ellas, un grupo de ciudadanos recorría las calles de la capital hasta altas horas de la madrugada causando un gran alboroto, mientras esperaban la imaginaria llegada de los Reyes Magos quienes, supuestamente, repartirían monedas de oro y plata a todos los madrileños. Esta tradición, preámbulo de las cabalgatas, comenzó a popularizarse reuniendo cada vez a más gente.
Generalmente, estas comparsas estaban lideradas por aguadores y mozos de cordel, en su mayoría asturianos y gallegos, disfrazados con trajes de vistosos colores y con la cara tiznada.
Portaban además escaleras y antorchas o teas, mientras hacían sonar cencerros y latas con gran estruendo. Paraban en cada taberna para tomar vino y se dirigían hacia las principales puertas de la antigua cerca de Madrid desde donde, encaramados a las escalas, comenzaban a gritar: “¡Ya los vemos, ya llegan los Reyes Magos!”.
Sin embargo, estas fiestas no estaban bien vistas por la opinión pública y la prensa solía ser muy crítica con ellas por los disturbios que causaban, tachándolas de irreverentes y grotescas.
En 1882, con el fin de evitar escándalos, el alcalde de Madrid, José Abascal, dictó la orden de multar con 5 pesetas a quien saliera a la calle a festejar la noche del 5 de enero. Este "impuesto anti-celebración" fue la puntilla definitiva a unos festejos que, con el paso de los años, perdieron adeptos en beneficio de la celebración de la Nochevieja.
Con el tiempo, se intentó encauzar y redirigir la fiesta popular madrileña de la Noche de Reyes hacia el formato de cabalgata que ya se venía practicando en otras zonas del país, como Alcoy, posiblemente la cabalgata más antigua de España.
En 1915, el Centro de Hijos de Madrid organizó la primera cabalgata que recorrió las principales calles de la capital, cosechando un gran éxito.
En esta cabalgata aparecían por primera vez los Reyes Magos por las calles de la ciudad, montados en camello y acompañados de un séquito de pajes, heraldos y bandas de música.
A su paso por el Palacio Real de Madrid, los reyes Alfonso XIII y Victoria Eugenia se asomaron al balcón para saludar a Sus Majestades de Oriente. Al día siguiente, se repartieron juguetes en varios asilos de Madrid, como el de Vallehermoso o La Paloma, y en los domicilios de niños pobres de diferentes distritos.
En 1929 se celebró la primera gran cabalgata moderna, llevada a cabo por el diario El Heraldo de Madrid y apoyada por toda la prensa madrileña, que contó con la presencia de artistas del Circo Price que deslumbraron a los asistentes con las acrobacias de sus trapecistas y los gags cómicos de sus payasos.
En 1935 tuvo lugar una cabalgata muy especial en la ciudad. Aquel año, la Agrupación de Editores Españoles organizó una cabalgata de Reyes que partía del Museo del Romanticismo. En ella tres grandes literatos del momento, Ramón Gómez de la Serna, Salvador Bartolozzi y Antonio Robles, disfrazados de Reyes Magos, repartieron libros infantiles entre los niños.
Un año después, con el estallido de la Guerra Civil, esta fiesta quedó interrumpida hasta 1942.
Madrid ya está preparada para celebrar un año más la llegada de los Reyes Magos de Oriente a la capital. Una noche especial en la que debemos recordar a todos aquellos niños, los menos afortunados, que no dispondrán de juguetes en sus casas… porque los Reyes, aun siendo Magos, no son perfectos. Por suerte, gracias a la labor de asociaciones como www.reyesmagosdeverdad.org todos podemos convertirnos en Reyes Magos por un día, regalando una sonrisa a quienes más se la merecen.