Diseñando Madrid
antonio palacios, un arquitecto de leyenda
No sólo la historia y las tradiciones identifican a una ciudad, también sus símbolos. La intensidad visual del paisaje urbano de Madrid genera unas señas de identidad que perviven en la memoria de generaciones: edificios, carteles, infraestructuras... y una de las más características es el logotipo de su Metro.
Al arquitecto y diseñador Antonio Palacios (Pontevedra 1874 – Madrid 1945) le debemos obras emblemáticas como el Palacio de Cibeles, el Círculo de Bellas Artes, el Hospital de Jornaleros de Maudes o la sede del Instituto Cervantes. Él fue el encargado, junto a sus colegas Julio Otamendi y Carlos Mendoza, de diseñar un metropolitano capaz de abastecer a los términos limítrofes de la ciudad y convertirlos en barrios, al estilo de las principales ciudades europeas. En 1919, el rey Alfonso XIII inauguraba la primera de las cuatro líneas con que contaba el proyecto inicial, que unía la Puerta de Sol con Cuatro Caminos.
Palacios se encargó de diseñar las principales estaciones y bocas de Metro, empleando en su interior decoración de azulejos, lucernarios y amplios accesos, dotando al proyecto de un barniz artístico que hacía más agradable la experiencia de viajar bajo tierra a usuarios que no estaban acostumbrados.
Desde el exterior, la entrada al Metro destacaba con el diseño de un imponente templete, como el de la estación de Gran Vía, que acompañó al paisaje urbano de la capital hasta 1969. En esa fecha, las obras para incluir la línea 5 del suburbano madrileño obligaron a desmontar esta majestuosa marquesina, que fue trasladada a Porriño, localidad natal del arquitecto, como homenaje a su ilustre paisano. Actualmente, los planes de renovación de la Gran Vía contemplan instalar una réplica de este templete, en el mismo lugar en el que Palacios diseñó el original, 100 años atrás.
Para la creación del logotipo de Metro de Madrid, Antonio Palacios se inspiró en el Underground londinense, manteniendo los mismos colores pero convirtiendo el círculo en un rombo que envolvía la tipografía. Este diseño ha evolucionado con el tiempo hasta llegar al actual pero, en caso de nostalgia, aún podemos admirar los diseños originales en la estación de Quevedo y en el llamado Andén 0, un espacio museístico que incluye la nave de motores de Pacífico y la estación original de Chamberí.
Hoy en el logotipo diseñado por Antonio Palacios sigue siendo un símbolo cercano, icono de una ciudad dinámica y acelerada, que convive con nosotros cada día mientras compartimos el bullicio del Metro.