Alicatando miradas

Alicatado de la Farmacia Juanse. Historia de Madrid

Alicatado obra de Enrique Guijo. Madrid, 2018 ©ReviveMadrid

Enrique Guijo: el renacimiento de la cerámica publicitaria

¿Cuántas veces has cruzado esta icónica esquina del barrio de Malasaña sin detenerte a contemplar la historia que guarda? Como en El Mago de Oz, aquí también hay un camino marcado por baldosas amarillas, pero en esta ocasión, estas guían hacia un capítulo fascinante de la evolución de la publicidad en España. La fachada de la Antigua Farmacia Juanse, adornada con azulejos de cerámica diseñados por el renombrado Enrique Guijo, es un testimonio vivo del arte y la comunicación de una época pasada.

Un viaje a través de la cerámica_

La cerámica, como medio publicitario y callejero, ocupa un lugar destacado en la historia urbana de España y, especialmente, de Madrid. Este arte utilitario no solo sirvió para anunciar productos y servicios, sino que también contribuyó a embellecer y personalizar los espacios públicos y privados. A lo largo de los siglos XIX y XX, la publicidad cerámica evolucionó para adaptarse a los cambios sociales, económicos y artísticos de cada época, hasta convertirse en un reflejo de cómo el arte y el comercio se entrelazan para dar forma al paisaje urbano.


Los primeros pasos: el siglo XIX_

La utilización de la cerámica como soporte publicitario tiene sus raíces en la tradición española de la decoración arquitectónica. Su popularidad en el siglo XIX responde a varias razones prácticas y estéticas. Por un lado, la cerámica es un material duradero, resistente a las inclemencias del tiempo y capaz de mantener su brillo y color durante décadas. Por otro, su maleabilidad permitía a los artistas crear diseños personalizados, coloridos e intrincados, que destacaban en las fachadas de los edificios, convirtiéndose así en el soporte publicitario ideal.

En un contexto de creciente urbanización e industrialización, las ciudades comenzaron a llenarse de negocios que buscaban diferenciarse de la competencia. La cerámica, con su capacidad para combinar funcionalidad y belleza, se convirtió en una herramienta perfecta para atraer clientes y consolidar la identidad visual de los establecimientos.

En Madrid, las fachadas de tiendas y talleres se adornaron con paneles cerámicos que no solo informaban, sino que también embellecían el entorno urbano. Estas piezas combinaban inscripciones comerciales con motivos decorativos, reflejando la influencia del modernismo y del historicismo tan en boga durante la época.

Usos y funciones de la publicidad cerámica_

La publicidad cerámica desempeñó múltiples funciones. En primer lugar, servía como medio informativo, indicando el nombre del negocio, su actividad principal y, en algunos casos, los productos o servicios específicos que ofrecía. En segundo, actuaba como elemento decorativo, embelleciendo las fachadas y contribuyendo al atractivo general de las calles. Además, estos paneles cerámicos cumplían una función simbólica: transmitían confianza y profesionalismo. La inversión en una fachada decorada con cerámica indicaba el compromiso del comerciante con la calidad y la permanencia, valores muy apreciados por los clientes de la época.

Estilos y diseños publicitarios en cerámica_

A lo largo de los siglos XIX y XX, los estilos de la publicidad cerámica reflejaron las tendencias artísticas de cada momento. Durante el siglo XIX, predominaban los diseños clásicos e historicistas, con referencias a motivos arquitectónicos y decorativos tradicionales. En el cambio de siglo, el modernismo aportó un nuevo enfoque, con formas orgánicas, colores vivos y tipografías innovadoras.

En los años 20 y 30 del siglo XX, la influencia del art déco se hizo evidente en los diseños cerámicos. Este estilo, caracterizado por sus líneas geométricas y su elegancia funcional, encajó perfectamente con las necesidades de la publicidad. Los colores se volvieron más audaces y las composiciones minimalistas, reflejando una sociedad en constante modernización.

¿Quien empleaba la publicidad cerámica?_

La publicidad cerámica se utilizó en una amplia variedad de negocios, desde pequeños comercios locales hasta grandes establecimientos. Entre los sectores más representativos se encontraban:

  • Panaderías y confiterías: las fachadas solían incluir ilustraciones de panes, dulces y otros productos horneados, combinadas con textos en tipografías ornamentales.

  • Farmacias: los paneles cerámicos en farmacias a menudo incorporaban cruces, motivos relacionados con la salud y los nombres de los farmacéuticos.

  • Ultramarinos y bodegas: estos negocios destacaban por sus diseños coloridos que incluían productos importados, botellas de vino y barriles.

  • Hoteles y cafeterías: la cerámica servía para transmitir una imagen de sofisticación y exclusividad.

La cerámica publicitaria en Madrid_

En Madrid, la publicidad cerámica alcanzó su mayor esplendor durante el primer tercio del siglo XX. Las calles de la ciudad se llenaron de fachadas decoradas con paneles cerámicos que pronto se convirtieron en parte del paisaje urbano. Estos letreros no solo eran funcionales, sino que también contribuían a la identidad visual de los barrios, dejando un legado que aún puede admirarse en algunos puntos de la capital.

La publicidad exterior, especialmente la realizada en cerámica, es un testimonio del ingenio y la creatividad que han caracterizado a la historia de Madrid. En este recorrido por el tiempo, la cerámica publicitaria emerge como un arte que combina utilidad, belleza y memoria histórica. Figuras como Enrique Guijo no solo contribuyeron a mejorar la estética de la ciudad, sino que también dejaron un legado que merece ser redescubierto y valorado.

Enrique Guijo: el maestro de la cerámica_

Enrique Guijo Navarro, ceramista, pintor, diseñador y restaurador, dejó una huella indeleble en las calles de Madrid a través de sus azulejos comerciales, que aún hoy son parte del ADN visual de la capital. Descrito como un ‘hombre del Renacimiento’ por su amigo Manuel Machado, Guijo fue una figura clave en la revitalización de la cerámica talaverana a principios del siglo XX, junto a su compañero y amigo Juan Ruiz de Luna.

Los primeros años y la influencia cordobesa_

Nacido en 1871 en Córdoba, Enrique Guijo creció en un ambiente marcado por la rica tradición artesanal andaluza. Su formación inicial estuvo influenciada por la alfarería local y los talleres de cerámica, donde desarrolló un temprano aprecio por los materiales, las texturas y los colores. Este bagaje cultural se convirtió en la base de su obra, caracterizada por una armoniosa combinación de técnica y creatividad.

En su juventud, Guijo mostró un interés precoz por las artes decorativas y comenzó a experimentar con la cerámica como medio para expresar su visión artística. Fue esta pasión la que lo llevó a trasladarse a Madrid, donde encontró un terreno fértil para desarrollar su talento.

Llegada a Madrid y la Escuela de Cerámica_

A principios del siglo XX, Enrique Guijo se trasladó a Madrid, ciudad que experimentaba un auge en las artes decorativas y la arquitectura. En 1911 fundó, junto a Juan Ruiz de Luna, la fábrica de cerámica Ruiz de Luna-Guijo, que pronto se convertiría en referente en la producción de piezas decorativas y publicitarias.

Guijo también fue una figura clave en la creación de la Escuela de Cerámica de Madrid, donde trabajó como profesor y director. Desde este espacio, fomentó la formación de nuevas generaciones de ceramistas, transmitiendo su conocimiento y su pasión por el arte. Su labor educativa fue fundamental para consolidar la cerámica como una disciplina respetada dentro del panorama artístico nacional.

Obras icónicas de Enrique Guijo_

Enrique Guijo trabajó con algunas de las figuras más destacadas de su tiempo, como Mariano Benlliure, Joaquín Sorolla y Daniel Zuloaga, quienes confiaron en su virtuosismo decorativo. Entre sus obras más reconocidas se encuentran:

  • El tablao Villa Rosa: diseñado en colaboración con su alumno Alfonso Romero, este conjunto cerámico es un ejemplo emblemático de la riqueza ornamental de su estilo.

  • La Estación de Metro de Chamberí: sus anuncios cerámicos en la antigua estación son un testimonio del uso funcional y estético de la cerámica.

  • La fachada de la Huevería de la calle San Vicente Ferrer: un espacio donde los paneles cerámicos mezclan humor y creatividad para atraer clientes.

  • La Taberna Los Gabrieles: en la calle Echegaray, sus azulejos convirtieron este espacio en una "Capilla Sixtina" del azulejo comercial.

  • La Farmacia Juanse de la calle San Andrés: diseñada en 1925, esta fachada incluye remedios farmacéuticos anunciados de manera ingeniosa y atractiva, como el "Diarretil Juanse" o el "Jarabe balsámico Juanse”. Todos estos productos aparecen anunciados en los paneles cerámicos diseñados por Enrique Guijo que servían de escaparate y catálogo a la Farmacia.


La ceguera y el declive de un maestro_

En sus últimos años, Enrique Guijo enfrentó dificultades personales y profesionales. La progresiva pérdida de su vista lo llevó a una vida de aislamiento, y su contribución al arte cerámico fue gradualmente olvidada. Falleció en 1945, solo y casi olvidado, dejando un legado que merece ser redescubierto y valorado.

Una huella que pervive en Madrid_

Enrique Guijo no fue solo un ceramista; fue un creador de identidad y memoria urbana. Sus azulejos comerciales transformaron Madrid, añadiendo color, arte y funcionalidad a la vida cotidiana. Su obra, que abarca desde el diseño decorativo hasta la enseñanza y la conservación del patrimonio, es un testimonio de su talento y dedicación.

Hoy, al pasear por las calles de Madrid y encontrar sus paneles cerámicos, podemos conectar con una época en la que la belleza estaba integrada en lo cotidiano. Recordar a Enrique Guijo es honrar a un hombre cuyo arte sigue alicatando de ilusiones las esquinas de la capital, y cuyo legado merece ser preservado para las generaciones futuras.


Enrique Guijo. Historia de Madrid

Enrique Guijo (Córdoba, 1871 - Madrid, 1945)

Enrique Guijo, espíritu del Renacimiento, inquieto de todo arte...
— Manuel Machado


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