¡Hasta el bigote!
Dolmen de Dalí. Madrid, 2019 ©ReviveMadrid
salvador dalí y su única escultura urbana
¿Alguna vez has tenido la sensación de que pasear por las calles de Madrid es similar a pasear por las salas de un museo? Sin pagar entrada puedes disfrutar de obras de arte de todos los estilos, desde arte egipcio a barroco, o incluso ejemplos del más destacado surrealismo… ya que la única escultura urbana en el mundo de uno de sus máximos referentes, Salvador Dalí, forma parte del paisaje de la capital.
Ubicada al final de la Avenida de Felipe II en Madrid, frente al antiguo Palacio de los Deportes, esta pieza fue un regalo del artista de Figueras a la ciudad que le había acogido de joven, y en la que se había formado como persona y como artista en la Residencia de Estudiantes.
Todo comenzó el 13 de mayo de 1985, cuando el alcalde Enrique Tierno Galván, descubría en la Puerta del Sol el primer cartel de la exposición ¡Viva la Gala!, en honor a la difunta esposa y musa del pintor. El gesto emocionó al artista que, agradecido, quiso que la ciudad tuviera una escultura suya para siempre.
El genio surrealista elaboró este diseño, que gira entorno a la figura de Isaac Newton, a través de una escultura en bronce que representa a un hombre sosteniendo un péndulo esférico, una clara alusión a la Ley de la Gravedad. Esta figura descansa sobre un cubo de granito negro, en cuyos cuatro caras están grabadas las letras que forman el nombre de “GALA”. A su espalda, un dolmen de 13 metros simboliza los primeros intentos de la humanidad para desafiar la gravedad… en conjunto, un monumento a la ciencia y a la técnica como expresión de los máximos logros de la Humanidad. El Dolmen de Dalí se inauguró el 17 de julio de 1986.
Madrid puede presumir de ser el único lugar del mundo que tiene un monumento urbano concebido directamente por Salvador Dalí, la más documentada de todas y, probablemente, su obra más desconocida. Un regalo de uno de los artistas españoles más destacados a la ciudad que fuera su casa, para uso y disfrute de sus ciudadanos, de los niños que cada día pueblan esta emblemática plaza y que el pintor de Figueras quiso dotar de vida en el momento de su inauguración con un rotundo: "¡Vivan los madrileños!".
Salvador Felipe Jacinto Dalí i Domènech (Figueras, 1904 -1989)
“Los genios nunca deben morir, el progreso de la humanidad depende de nosotros.”
