Libros callejeros
Librerías de la Cuesta de Moyano. Madrid, 2019 ©ReviveMadrid
cuesta de moyano, el paseo del lector
¿Sabías que los alrededores del Parque del Retiro en Madrid no son sólo zona de entrenamiento de depostistas sino también de lectores? Entrenan subiendo y bajando, paso a paso y caseta a caseta, la Cuesta de Moyano... un deporte al aire libre y uno de los placeres más valorados por cualquier aficionado a la lectura que se precie.
Estos terrenos formaron parte del desaparecido complejo del Palacio del Buen Retiro hasta que, en 1774, Carlos III decidió levantar en este lugar un zoológico, dentro de un proyecto dedicado al estudio de las Ciencias Naturales del que también formaban parte el Real Jardín Botánico, el Gabinete de Historia Natural, actual Museo del Prado, y el Real Observatorio Astronómico. A finales del siglo XVIII, este zoo fue trasladado junto a la Puerta de Alcalá y posteriormente al Retiro, con el nombre de Casa de Fieras.
En Madrid han existido ferias comerciales desde época árabe, aunque la mayoría desaparecieron a causa del desarrollo urbano de finales del siglo XIX. Una de las supervivientes fue la de Atocha, especializada en libros usados. Originalmente establecida en el Paseo del Prado, en 1925 se trasladó a su ubicación actual en esta Calle de Moyano.
Su diseño respira cierta influencia parisina, inspirada en sus más de doscientas casetas a orillas del río Sena en las que, desde finales del siglo XIX, los buquinistas venden libros antiguos, postales y rarezas bibliográficas.
El diseño de las primeras casetas fue realizado por el arquitecto Luis Bellido, y se fijó un número máximo de 30 casetas. De 15 metros cuadrados cada una, no disponían de alumbrado ni calefacción. El canon municipal se fijo entorno a las cuarenta pesetas mensuales para el alquiler de cada uno de estos espacios. No fue hasta el año 1984 cuando el Ayuntamiento autorizó la instalación de agua, electricidad y teléfono en las mismas.
La cuesta está presidida, junto al Retiro, por el monumento al escritor Pío Baroja, uno de los promotores y asiduos de esta feria. En el otro extremo, junto al Paseo del Prado, el monumento al catedrático y político Claudio Moyano, autor de la Ley de Instrucción Pública de 1855, probablemente la ley de Educación que más transcendencia ha tenido para generaciones y generaciones de españoles, a quienes sacó del analfabetismo.
Otro de los escritores asiduos a esta feria, don Ramón Gómez de la Serna, denominaba a estos puestos "la feria del boquerón", debido a que por aquella época los libros se vendían a quince céntimos, igual que ese pescado.
Hoy en día, la Cuesta de Moyano está considerada como uno de los últimos reductos en Europa de la venta de libros de viejo y, aunque el paso de los años ha hecho que actualmente no goce de la misma afluencia de otros tiempos, sigue siendo lugar de encuentro no sólo para los amantes de los libros, sino para todos aquellos paseantes que quieran disfrutar de uno de los rincones con más encanto de Madrid. Al igual que hace siglos siendo zoo, hoy podemos encontrar una especie animal que esperemos nunca esté en peligro de extinción: el lector.
Ramón Gómez de la Serna (Madrid, 1888-Buenos Aires, 1963)
“Sólo hay un olor que puede competir con el olor a tormenta: el olor a madera del lápiz”
