Héroe por accidente

Monumento al cabo Luis Noval. Madrid, 2018 ©ReviveMadrid

Monumento al cabo Luis Noval. Madrid, 2018 ©ReviveMadrid

Luis noval, el valor de un patriota

¿Quién no ha soñado alguna vez en la vida con convertirse en un héroe? Aunque no lo creáis, todos somos héroes potenciales en espera de un momento en el que llevar a cabo una acción heroica y, en ese sentido, la historia de nuestro país está repleta de ejemplos. El cabo Luis Noval supo aprovechar su oportunidad… una heroica muerte que también marcó el inicio de una de las guerras más sangrientas y olvidadas de toda la Historia de España, la Guerra del Rif, un conflicto que nos proporcionaría más quebraderos de cabeza que glorias.

Y es que, desde 1904, España vivía una situación muy tensa en el norte de África. Una inquietud que comenzó con la cesión de una pequeña franja de territorio, el Rif, a nuestro país. Esta zona del norte de Marruecos, que se extiende desde la frontera con Argelia hasta el Atlántico, pasó a manos españolas gracias a las presiones de Inglaterra a Francia.

La rivalidad colonial entre estas dos potencias a lo largo del siglo XIX acabó cuando asumieron que, en lugar de combatir, podría ser más beneficioso para ellas un reparto de sus zonas de influencia, especialmente en África.

En abril de 1904, ambos países acordaron que Francia cedería a Inglaterra el control de Egipto a cambio de que ésta le facilitara el de Marruecos. Sin embargo, Inglaterra no veía con buenos ojos que en el otro lado del Estrecho se hiciera fuerte una gran potencia como Francia… por lo que hizo valer los “derechos históricos” de España en el Norte de Marruecos para que le fuera otorgada la franja septentrional de este territorio. España aceptó lo que se le ofrecía sin rechistar.

Años después, la situación en la ya colonia española comenzó a agitarse cuando nuestro país inició la construcción en territorio rifeño de un ferrocarril que pretendía unir la cabila (tribu local) de Beni Bu Ifrur, muy rica en minerales, con Melilla.

El día 9 de julio de 1909 los cabileños atacaron a un grupo de trece obreros españoles, matando a cuatro de ellos e hiriendo a tres. Este suceso significó el inicio de la guerra entre los nativos marroquíes y los españoles.

A los pocos días comenzó la movilización masiva de tropas desde España, que partieron hacia el norte de África con la intención de pacificar el territorio y hacer valer los intereses españoles en su colonia.

Uno de los cientos de soldados españoles que dejaron atrás a su familia para combatir contra las cabilas marroquíes era Luis Noval… un joven ovetense que pronto se convertiría en un héroe, a costa de su propia vida.

Luis Noval Ferrao nació en Oviedo el 16 de noviembre de 1887. Aunque ebanista de profesión, la movilización de tropas españolas para la Guerra del Rif le obligó a convertirse, de la noche a la mañana, en militar: fue llamado a filas como soldado de remplazo el 4 de marzo de 1909, juró bandera el 11 de abril y ascendió a cabo el 1 de septiembre de ese mismo año. Con esa escasa experiencia y formación militar, Noval partió hacia África para luchar en la guerra.

El 10 de septiembre de 1909 el joven asturiano despedía a sus padres en Oviedo y, cuatro días después, desembarcaba en Melilla. Ese mismo día ya se veía envuelto en plena batalla.

Noval participó en la toma del Zoco el Had de Beni Sicar, una zona de gran importancia estratégica, a unos pocos kilómetros de Melilla. Tras conquistar esta fundamental posición, los españoles cayeron en la cuenta de que no disponían de fortificaciones para defenderla de un posible ataque de los rifeños, por lo que comenzaron a construir unas defensas apropiadas.

Cavaron pequeñas trincheras alrededor del campamento como avanzadilla de vigilancia y se ordenó que un soldado comprobaría estos puntos estratégicos cada hora, incluyendo patrullas nocturnas, para asegurarse así de que no caían en manos enemigas e impidiendo un asalto masivo sobre las posiciones españolas.

La noche del 27 de septiembre de 1909, durante su ronda nocturna, Luis Noval llegó a uno de los puestos, defendido por el soldado Patiño, y vislumbró a cientos de rifeños avanzando hacia ellos en la oscuridad.

Los enemigos comenzaron a abrir fuego sobre el campamento español desde el cual, a su vez, se devolvieron los disparos. Al verse entre fuego cruzado, Noval y Patiño se retiraron hacia el cuartel español.

Patiño consiguió superar la alambrada española y ponerse a salvo al grito de “¡No tiréis, que soy español!”, lo cual detuvo los disparos de sus compatriotas. Los rifeños, que seguían a Noval, trataron de engañar a los defensores gritando igualmente “¡No tiréis, que somos españoles!”. Pero al ver que los militares españoles habían creído el engaño de los asaltantes, Noval no lo dudó y replicó: “¡Tirad, que son enemigos!”.

Cercado por cientos de rifeños y a sabiendas de que moriría, el cabo asturiano dio la voz de alarma para salvar a sus compatriotas. Desgraciadamente, este acto de heroicidad le costó la vida.

Al amanecer, y tras hacer huir al ejército asaltante, sus compañeros recuperaron el cuerpo sin vida de Luis Noval. Tenía 21 años.

Al conocerse la hazaña de Noval en España, su arrojo fue comparado con la gesta de Eloy Gonzalo, héroe de Cascorro en la Guerra de Cuba una década atrás. Como al héroe madrileño, a Noval le fue concedida la máxima distinción posible para un soldado, la Cruz Laureada de San Fernando, y una pensión anual de 400 pesetas para su familia.

En la Plaza de Oriente de Madrid, en 1913 se levantó por suscripción popular este monumento en su honor, obra de Mariano Benlliure. Inaugurado por Alfonso XIII, representa a Luis Noval marchando con su fusil al hombro y a su espalda una mujer ondeando una bandera, que simboliza la libertad… un conjunto que nos recuerda el valor y sacrificio de quien hasta entonces había sido un soldado anónimo, pero que consiguió con su gesta escribir una página gloriosa en la Historia de nuestro país.

Hasta su conclusión en 1927, la Guerra del Rif seguiría condicionando la política española, un conflicto tremendamente impopular en el que solo combatían los jóvenes más humildes… aquellos que no podían permitirse la elevada suma de dinero que les podía librar del servicio militar.

Mientras, en el conflicto marroquí se formaba una nueva generación de militares de ideas ultraconservadoras, los llamados “africanistas”, que en 1936 apoyarían la rebelión contra el gobierno de la Segunda República. Entre ellos se encontraba el general Francisco Franco.

El luto que supuso la debacle del ejército español durante la Guerra del Rif desapareció de la memoria del país, quizá absorbido por el cataclismo de la Guerra Civil que estallaría una década después. Aquellos fueron los últimos coletazos de nuestra desaparecida gloria imperial… convertida en pesadilla para los miles de españoles que murieron en África.


Luis Noval Ferrao (Oviedo,1887 - Beni Chikar, 1909)

Luis Noval Ferrao (Oviedo,1887 - Beni Chikar, 1909)

El verdadero héroe es siempre un héroe por error, su sueño era ser un cobarde honesto como todos los demás
— Umberto Eco


¿Cómo puedo encontrar el monumento al Cabo Luis Noval en madrid?