La casa por la ventana
lotería de navidad, impuesto y fortuna
¿Ya tienes tus décimos de la lotería preparados para el Sorteo de Navidad de este año? No voy a preguntarte cuánto dinero te has gastado... sólo quiero que sepas que, no hace tanto tiempo, un décimo costaba casi medio mes de trabajo y, de ser premiado, podía resolver tu vida y la de tus tus herederos… la misma ilusión con la que, cada 22 de diciembre, estamos pendientes de un sorteo y una tradición que es parte de nuestra Historia.
Su origen proviene de la llamada Lotería Primitiva de Madrid, instaurada bajo el reinado de Carlos III por decreto del marqués de Esquilache, en 1763. El espíritu reformador del nuevo monarca trajo a España algunas de las fórmulas que le habían funcionado durante su reinado en Nápoles y Sicilia para aumentar la recaudación sin necesidad de subir los impuestos al pueblo. El 75 por ciento de lo recaudado se destinaba a premios y el 25 por ciento restante a las arcas del Estado.
Años después, en plena Guerra de la Independencia contra el ejército francés, España atravesó una de las peores crisis de su Historia. Las hambrunas de 1808 y las epidemias que acompañaron a las contiendas diezmaron la población y produjeron grandes pérdidas económicas. Sin embargo, seguía siendo necesario recaudar dinero para afrontar los gastos militares de una guerra que se prolongaría hasta 1814. Por ello, en 1811, el Ministro del Consejo y Cámara de Indias, Ciriaco González Carvajal, presentó ante las Cortes Generales y Extraordinarias de Cádiz un nuevo proyecto de lotería como “medio para aumentar los ingresos del erario público sin quebranto de los contribuyentes”.
El 4 de marzo de 1812 se celebró en Cádiz el primer sorteo de esta Lotería Moderna y, el 18 de diciembre de 1812, el primer sorteo navideño en la capital gaditana.
Ese primer sorteo se llevó a cabo a través de papeletas con números impresos. El “gordo” o “terno”, como se denominaba entonces, recayó en el número 03.604 y fue premiado con 8.000 pesos fuertes, cerca de 64.000 reales al cambio… una pequeña fortuna para quien había pagado 40 reales por un billete.
Imagina… teniendo en cuenta que gran parte de la sociedad de la época vivía de la limosna y que un campesino, por aquel entonces, podía ganar al día unos 5 reales… de haber vivido en aquella época y haber resultado ganador del “terno”, habrías podido comprar dos casas de 150 metros en la mejor zona de Madrid, pasando a convertirte, de la noche a la mañana, en parte de la escasa burguesía del momento.
En poco tiempo y ante la gran demanda, los sorteos de esta Lotería Moderna pasaron a celebrarse dos veces al mes y se oficializó el sorteo extraordinario de Navidad que, desde 1813, cambió las papeletas por bolas de madera para representar los números y los premios.
Años más tarde, en 1814, con la expulsión de los ejércitos napoleónicos del territorio español, el sorteo se extendió por todo el Estado y pasó a celebrarse en Madrid.
En una de las casas que rodean esta Plaza de San Ildefonso se celebró el primer sorteo de lotería en Madrid. Ya desde este primer momento fueron los niños de la Residencia Internado de San Ildefonso, institución dedicada al cuidado de niños huérfanos y sin recursos desde el siglo XV, los encargados de cantar los números. Un niño con los ojos vendados extraía los números premiados de un bombo con un total de 25.000 bolas de madera.
El gran impacto social que supuso la creación de esta lotería dio lugar a multitud de refranes, uno de los más conocidos es “tirar la casa por la ventana”. Se refería a la costumbre del siglo XIX que determinaba que, aquel que ganaba el sorteo, debía arrojar por la ventana de su casa sus antiguas pertenencias, dándose por hecho que podría sustituirlas por otras nuevas.
Desde su creación, este sorteo se ha celebrado ininterrumpidamente cada año hasta la actualidad. Ni siquiera la Guerra Civil suspendió el sorteo de Navidad, aunque sufrió, eso sí, la misma suerte que el resto de los españoles, quedando dividida en un sorteo republicano, celebrado en Barcelona, y otro nacional, celebrado en Burgos. Al finalizar la guerra, en 1939, el sorteo recuperó su sede única en Madrid, hasta el día de hoy.
La Lotería llegó a hacerse tan famosa que incluso la coplera valenciana Concha Piquer, acompañada del maestro Quiroga, le dedicó una habanera al sorteo bajo el título Mañana sale, en la que incluso se citaba a la más popular administración de lotería de Madrid, Doña Manolita.
El día del Sorteo de la Lotería de Navidad es uno de los más especiales del año para para vivir la ilusión de hacerse con un premio que nos ayude, si no a comprar las dos casas en el centro de Madrid que los agraciados en 1812 podían permitirse, sí a tapar algún agujero que otro para afrontar el nuevo año con un poco más de desahogo económico. Lo que es seguro es que, si los niños de San Ildefonso presentes en el Teatro Real no cantan nuestro número, siempre podremos recurrir a otra de la frases más repetidas el día 22 de diciembre: “al menos tenemos salud”.