Por la puerta grande
cosos madrileños, ARTE Y CULTURA
¿Cómo se definen las señas de identidad de un pueblo? El paso del tiempo marca la personalidad de una sociedad y define sus tradiciones… esas que, siglos después, la Literatura o el Arte convertirán en fuentes históricas. Hoy, al margen de que seamos o no aficionados, defensores o detractores, nadie puede negar que el toreo es una de las señas del pueblo español y forma parte de nuestro patrimonio histórico y cultural. Su valor como tradición no sólo marcó la sociedad madrileña, sino también su paisaje urbano. Hoy, todo el mundo conoce la plaza de toros de Las Ventas de Madrid pero, a lo largo de los siglos, existieron otros tres cosos repartidos por la Villa y Corte.
Las primeras referencias a las llamadas “fiestas de toros” aparecieron en Las Cantigas de Santa María, de Alfonso X (1221-1264). Desde su comienzos y durante mucho tiempo, cualquier lugar amplio y accesible de la ciudad servía como coso, motivo por el cual las plazas mayores de las villas se convirtieron en los primitivos ruedos.
En el caso de Madrid, hasta comienzos del siglo XVIII fue la Plaza Mayor la que acogió, entre otras celebraciones, las corridas de toros como festejo de acontecimientos políticos. Hasta 50.000 personas llegaban a congregarse en la Plaza, ocupando desde la arena hasta los tejados.
En el año 1700, para festejar la llegada de Felipe V, los nobles de la corte ofrecieron en Madrid una corrida de rejones que el monarca aborreció, llegando a promulgar una ley en 1723 que prohibía el toreo a caballo por parte de cualquier cortesano. Más allá de acabar con la tauromaquia, esta prohibición provocó su popularización, dando origen al toreo a pie y motivando su arraigo entre la plebe, al evitar el alto coste que suponía el uso de caballo.
El aumento de asistentes a las corridas de toros fue tal que provocó la construcción de espacios específicos que mantenían ese concepto primigenio de plaza, con palcos y gradas… nacían las plazas de toros.
En 1737 comenzó a construirse la primera plaza de toros en Madrid, con una estructura circular y realizada en madera, de carácter provisional. Situada junto al río Manzanares, era conocida con el nombre de Casa Puerta. El diámetro del ruedo era de 50 metros y tenía una capacidad de 10.900 espectadores. Esta plaza acogió tan sólo tres corridas y estuvo funcionando cerca de doce años, hasta que el rey Fernando VI financió la obra de la primera plaza permanente, la de la Puerta de Alcalá.
La Plaza de toros de la Puerta de Alcalá estaba situada en el espacio delimitado por las calles Claudio Coello y Conde de Aranda. Tenía una base de cal y canto, con tendidos de madera. Su aforo era de 12.000 espectadores. Esta plaza fue escenario de muchos de los grabados de Francisco de Goya y en ella marcaron época figuras clave para el toreo moderno como "Cúchares", "Lagartijo" y "Frascuelo". En 1870 fue derribada a causa de las obras del ensanche de la ciudad.
La nueva Plaza de Toros de Goya fue inaugurada en 1874 y se situó en el espacio que actualmente ocupa el pabellón Wizink Center, antiguo Palacio de los deportes. De aspecto ortodoxo y estilo neo mudéjar, contaba con un aforo de casi 15.000 espectadores y nuevos espacios: Palco Real, Presidencia, Diputación y Música. A pesar de su popularidad, el crecimiento de la ciudad y de la afición a los toros motivó la construcción de una nueva plaza, de mayor tamaño y adaptada a los tiempos, en el antiguo barrio de las Ventas del Espíritu Santo.
De esta manera, en 1931 se inauguraba, aunque incompleta, la actual Plaza Monumental de Las Ventas. Construida sobre el Arroyo del Abroñigal, su diseño, muy similar a la anterior de Goya pero ampliando las localidades hasta las 25.000, corrió a cargo de los arquitectos José Espeliú y Manuel Muñoz Monasterio.
El primer toro en esta Plaza de las Ventas fue lidiado por el diestro Diego Mazquiarán «Fortuna». Se trata de la mayor plaza de toros de España y la segunda más grande en cuanto al diámetro de su ruedo tras la plaza de Ronda. Además, es considerada por expertos, aficionados y críticos como la más importante del mundo.
Durante la Guerra Civil se destruyeron parte de sus instalaciones y se utilizó como cárcel de mujeres, establo y arsenal… incluso su ruedo llegó a convertirse en una huerta donde se cultivaban verduras y legumbres para alimentar a los soldados.
La tauromaquia es parte de la Historia de nuestro país… una huella que, a lo largo de los siglos, personajes como Cervantes, Goya, Lorca o Picasso han ayudado a convertir en Patrimonio Cultural Inmaterial. Las tradiciones de un pueblo definen su memoria… ¿debemos renunciar a ellas?