Farmacia de guardia

Farmacia de la Reina Madre. Madrid, 2019 ©ReviveMadrid

farmacia de la reina madre, la receta de la eterna juventud

¿Alguna vez has necesitado encontrar una farmacia abierta y te ha resultado imposible? Hoy te presento una que lleva de guardia más de 400 años: la Farmacia de la Reina Madre. Situada en la calle Mayor, no es sólo la farmacia más antigua de Madrid sino también su negocio más longevo.

Fundada en 1578 por un alquimista veneciano, originalmente se situó en un edificio de la Calle del Sacramento. Durante el reinado de Felipe V se convirtió en la botica referente de la Casa Real y fue este monarca quien le concedió el escudo oficial y el nombre de Reina Madre, en honor a su esposa, Isabel de Farnesio. La reina, fiel a sus miedos y supersticiones, se fiaba más de los remedios que le proporcionaban en esta farmacia que de los de la Botica Real... tal era su temor a posibles envenenamientos.

Esta farmacia conserva objetos de gran valor histórico, como antiguos libros de fórmulas, botes de cerámica talaverana y cerca de 1.600 recetas antiguas... una de ellas a nombre de Miguel de Cervantes. Además, guarda en su interior pequeños cajones de madera con el nombre de diferentes clientes, en los que se les guardaba su medicación hasta que llegaban para recogerla.

Su sótano fue lugar de reunión de liberales, progresistas y republicanos durante el siglo XIX, entre ellos Benito Pérez Galdós, quien menciona esta botica en sus Episodios Nacionales. Además, conserva un pasadizo subterráneo, conectado con el Palacio Real, por el que se trasladaban en secreto medicamentos a los reyes y por el que, dicen, llegó a huir en una ocasión el bandido Luis Candelas.

En 1914 se decidió derrumbar el inmueble, por encontrarse en una zona de calles muy estrechas, por las que no podían pasar las procesiones de las cofradías cercanas. La farmacia fue trasladada entonces hasta su ubicación actual, la calle Mayor, donde mantiene intacta la estructura de la botica original, junto con una preciosa decoración de azulejos de Juan Ruiz de Luna.

Entrar en esta farmacia es acceder a un museo de costumbres madrileñas, a un pedazo de la historia de esta Villa y Corte, compartiendo cuatro siglos después una inquietud que nos une a aquellos madrileños y a los de cualquier otra época... la búsqueda de remedio para la enfermedad.