Negro sobre blanco
la imprenta municipal, origen de la cultura global
Hoy en día, todos asumimos que las generaciones venideras no concebirán una vida sin comunicaciones instantáneas, mensajería online o redes sociales, sin embargo… ¿sabrán cuál es el origen de esta comunicación global? La invención de la imprenta, hace casi seis seiglos, permitió el desarrollo de la comunicación y la globalización de los conocimientos. En Madrid existe un espacio en el que todos podemos conocer su evolución: la Imprenta Municipal.
Hasta la Edad Media los textos eran manuscritos. A mediados del siglo XV surgió la imprenta manual que, por primera vez, permitía realizar copias de los escritos. Los textos se componían letra a letra, con tipos móviles fundidos en plomo, antimonio y estaño, con los que se componían las líneas en la galera o tabla que formaba la página. Esta se reproducía utilizando prensas de imprimir, con papel y tinta, elaborada con aceite de linaza cocido y hollín de chimenea. Poco después se descubrió la técnica del grabado calcográfico, que permitía reproducir imágenes, dando lugar a las ilustraciones. En Madrid la primera imprenta se instaló en 1566.
El origen de la Imprenta Municipal se remonta a 1853, cuando se creó la Imprenta del Asilo de San Bernardino, fundada por Joaquín Vizcaíno y Martínez, marqués viudo de Pontejos. En ella se formaba en este oficio a niños acogidos y se abastecía la demanda de material impreso del Ayuntamiento.
Conforme la ciudad fue creciendo y con ella las necesidades municipales, los talleres de la Imprenta Municipal se trasladaron en 1876 a la Casa de la Panadería de la Plaza Mayor y, en 1913, a la Casa de Cisneros en la Plaza de la Villa. En 1934, se establecieron definitivamente sus instalaciones en el edificio actual, en la calle Concepción Jerónima.
Este edificio fue construido por los arquitectos Francisco Javier Ferrero y Luis Bellido, entre 1931 y 1933. Es un buen ejemplo de la arquitectura racionalista de la II República, con estructura de hormigón armado y fachada de ladrillo visto, adornada con detalles Art Decó. El rótulo de la fachada con el nombre de la Imprenta es un homenaje a la tipografía, con las letras a modo de tipos móviles.
Hoy en día, la Imprenta Municipal-Artes del Libro guarda en su interior una colección de más de tres mil piezas que cuentan la historia de la propia imprenta, el libro y las artes gráficas… un invento que cambiaría la historia para siempre.