Coleccionando belleza
lázaro galdiano, pasión por el coleccionismo
¿Te encanta presumir de tu colección de cromos de La Liga '92? No te hagas ilusiones... por muy buen coleccionista que creas ser, no le llegas a la suela del zapato a Lázaro Galdiano.
La biografía de José Lázaro Galdiano (Beire, Navarra, 1862 – Madrid, 1947) es la de un humanista del siglo XX. Tras estudiar Derecho, y trabajar como empleado de banca, en 1882 se trasladó a Barcelona, donde se inició como crítico de arte y literatura en el periódico La Vanguardia.
Gracias a su experiencia en el sector bancario y a su visión de negocio logró reunir mucho dinero en los años siguientes. En este momento surgió su afición al coleccionismo de libros e ilustraciones, formando una magnífica biblioteca con más de 20.000 ejemplares… una de las mejores colecciones privadas que existen a día de hoy en España.
Esta pasión le llevó a fundar en 1889 La España Moderna, revista y editorial que publicó obras de autores extranjeros inéditos en España, contribuyendo al desarrollo cultural de nuestro país. La revista contó con Emilia Pardo Bazán y Menéndez Pelayo como asesores, y con la colaboración de los literatos más destacados del momento como Galdós, Clarín, Zorrilla, Concepción Arenal, Cánovas o Unamuno.
En 1903 se casó con Paula Florido y Toledo, una rica dama argentina, tres veces viuda, que le ayudó a incrementar sus colecciones con su patrimonio. En 1932, al fallecer Paula, José Lázaro cerró la casa y trasladó su vivienda a París, donde siguió ampliando su colección, y posteriormente a Nueva York, donde pasó toda la II Guerra Mundial. En 1947 fallecía en Madrid, en este palacio, dejando como único heredero de sus bienes al Estado español.
El Museo Lázaro Galdiano se ubica en la que fuera la casa de la familia Galdiano, denominada “Parque Florido” en honor a su mujer. El proyecto fue encargado a José Urioste, diseñador del Pabellón de España en la Exposición Universal de 1900, quien diseñó un palacio de estilo neoplateresco. La decoración de sus techos fue obra de Eugenio Lucas Villamil quien, a través de un programa lleno de alusiones mitológicas, literarias y artísticas, supo plasmar un retrato intelectual de Galdiano.
La vivienda contaba con todos los lujos del momento, con calefacción, ascensor y teléfonos en las habitaciones. Este palacio fue escenario de los conciertos y tertulias más destacadas de principios de siglo, acogiendo la que aún hoy es una de las colecciones artísticas privadas más importantes.
En la actualidad, sus magníficas fondos de pintura, escultura, joyas, abanicos, marfiles, tejidos, numismática, armas, miniaturas, vidrios o cerámicas, donde no faltan obras de El Greco, Ribera, Murillo, Zurbarán, El Bosco o Velázquez, así como cartas manuscritas de Lope de Vega, suponen una colección de colecciones, una Historia del Arte en el centro de Madrid y sus jardines, un oásis de relax en pleno barrio de Salamanca.