En tierra de hombres
emilia pardo bazán, “doña verdades”
La memoria de España está repleta de nombres privados del reconocimiento que se merecen. En este sentido, el papel de la mujer ha sido en muchas ocasiones relegado a la sombra de nuestra Historia… mujeres que ayudaron a construir la vanguardia intelectual y cultural de nuestro país. Emilia Pardo Bazán es una de ellas, a pesar de su valía, tuvo que lidiar con la intransigencia de su época.
Emilia Pardo-Bazán y de la Rúa-Figueroa (La Coruña, 1851-Madrid, 1921) fue una mujer brillante y preparada. Nació en el seno de una de las familias más ricas del país. Recibió una educación poco habitual para una mujer de su época, impulsada por su padre y por Francisco Giner de los Ríos.
Lectora y viajera incansable, aprendió inglés, francés y alemán. Fue también una escritora precoz, a los nueve años compuso sus primeros versos y a los quince su primer cuento, Un matrimonio del siglo XIX, que fue el primero de los cerca de 600 que publicó a lo largo de su vida.
Contrajo matrimonio a los 16 años, pero en 1883 se separó discretamente de su marido para dedicarse por completo a la literatura, dando muestras de una independencia excepcional en la España de la época.
Defendió la educación y los derechos de las mujeres, así como un acceso justo a los mismos derechos y oportunidades que disfrutaban los hombres. Llegó a convertirse en la primera catedrática de Literatura en la Universidad Central de Madrid, si bien tuvo que sufrir el boicot del resto de profesores del claustro y de los propios alumnos, que se negaban a asistir a clases impartidas por una mujer. También fue la primera presidenta de la sección de Literatura del Ateneo y la primera corresponsal de prensa en el extranjero, en Roma y en París.
A pesar de estos logros y de ser la introductora de la novela naturalista en España, culminando con su obra Los pazos de Ulloa, sufrió el desprecio de la Real Academia Española, siendo rechazada hasta en tres ocasiones. Leopoldo Alas Clarín, Pío Baroja y Menéndez Pelayo no tuvieron piedad criticando su trayectoria. Por el contrario, el pintor Joaquín Sorolla y los escritores Miguel de Unamuno, Ramón Campoamor y su amante, Benito Pérez Galdós, alababan sus méritos.
Emilia Pardo-Bazán, o “Doña Verdades”, como era conocida, no dejó de dar muestras de su extraordinario valor a lo largo de su carrera… un legado que merece su lugar en la Historia de nuestro país… una Historia que bien podría narrarse a través de sus mujeres.