Revelando la historia
“ALFONSO”: historia de la fotografía
Las imágenes de la Historia se guardan en nuestra memoria en forma de pintura, escultura, grabado… sin embargo, a partir del siglo XIX, nuestros recuerdos tienen forma de fotografía. Hoy disponemos de multitud de imágenes del Madrid moderno, pero gracias al mítico fotógrafo Alfonso también conocemos el Madrid de la primera mitad del siglo XX.
Alfonso Sánchez García (Ciudad Real, 1880 – Madrid, 1953) es memoria gráfica de la España de su tiempo. En 1895 se inició como aprendiz de fotografía y, a principios del siglo XX, pasó a trabajar con Manuel Compañy, reputado retratista, como operador de galería. Publicó sus trabajos en los principales diarios de la época, como La Libertad y El Sol, llegando a dirigir la sección de fotografía de El Gráfico.
Como reportero retrató a políticos de la época como Moret, Canalejas, Maura, Lerroux, Dato, Vázquez de Mella o Pablo Iglesias. Allí donde había una noticia que cubrir estaba la cámara de Alfonso. También fue un excelente retratista: su foto Mujer lavando en una tina en la buhardilla, ganó en 1904 el Primer Premio de la Exposición de Artistas Fotógrafos en Nueva York.
En 1918 abrió su estudio en la calle Fuencarral. Por allí pasó lo más granado de la sociedad de la época: Valle Inclán, los hermanos Machado, Pío Baroja, Concha Espina, Pardo Bazán, Ortega y Gasset, Galdós, García Lorca o Belmonte, entre otros. Los principales diarios ABC, La Voz, La Libertad, Crónica, Ahora, El Heraldo, El Imparcial, Estampa, Mundo Gráfico… publicaron sus reportajes sobre sucesos, asesinatos, guerras, miseria, verdugos y víctimas.
En 1939 abrió con sus hijos un nuevo estudio en la Gran Vía, ya que el anterior fue destruido por un obús durante la Guerra Civil. Su hijo Alfonso, más conocido como Alfonsito, llegó a ser uno de los grandes reporteros gráficos de la República y la Guerra Civil.
Precursor de las agencias de prensa, junto a sus hijos convirtió su nombre en marca. Bajo el sello “Alfonso” se llegaron a firmar 400.000 fotografías, generando mucha confusión desde entonces la autoría de sus imágenes. Al terminar la Guerra Civil tanto padre como hijo fueron depurados y se les retiró el carné de periodistas. Alfonso quedó relegado a bodas, bautizos y banquetes y, aunque con el tiempo consiguió rehabilitarse, el Alfonso reportero había desaparecido para siempre.
Las fotos de Alfonso retrataron 40 años de cambios y rostros que construyen la memoria visual de nuestro país. Su obra constituye un paseo por la Historia de España en imágenes… la mirada de quien siempre fue consciente de que su trabajo serviría de legado para el futuro.